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La poesía combativa hebrea en el medio siglo anterior a la fundación del Estado de Israel- por Ing. Moshé Dayan


En esta poesía Grinberg polemiza con el establishment sionista al que califica hijos de Flavius, el historiador Flavio Josefo que se rindió y sobrevivió en la batalla de Jodafat. El Poeta se levanta para da la voz conta la rendición, y llama a los jóvenes a la lucha. Para Grinberg la Tierra está entre el Mediterráneo y el Eufrates.

Otra poesía combativa de Grinberg, escrita en idish explica por qué Dios no viene en ayuda del pueblo judío que sufre tanto. Según el poeta, Dios sólo vendrá en ayuda del pueblo cuando se levante en armas a luchar por su redención e independencia.
He aquí su poesía:

Dios vendrá en ayuda del pueblo en armas

Llegaron las aguas hasta al alma…
El cielo es para nosotros cual tierra helada
Entre germanos y eslavos
Y la tierra nos es mar.
Dios no viene en ayuda nuestra
Esclavos en todos los lugares de la tierra.
Reconozcamos, judíos la fuerza de los dedos de nuestras manos!
Contemos las decenas de miles de nuestros jóvenes de anchas espaldas
También en sus ánimos ilumina el sol de la ira rebelde!
Apreciemos el peso de la lava en nosotros oculta!
Convoquemos a los leones rebeldes en nuestro ánimo oscuro!
Enunciemos ideas, ocultas como gotas de lluvia
Saladas por nuestras lágrimas.
Endurezcamos, como metales, nuestras voluntades!
Afilemos nuestras espadas para la marcha sagrada
Que algún día iniciaremos
Cuando de nuevo estaremos armados y dispuestos a subir a los barcos
Que por ahora forman un bosque de mástiles en los puertos,
Y parecen de lejos, a la luz de la luna
Dos grandes instrumentos musicales que acompañan
Nuestro canto revolucionario.

Llegaron las aguas hasta el alma…como los peces
Maldito quien enseña al pueblo que dieciséis millones
vivan sus vidas ahogadas, destino de peces
y que nunca se afirmen sobre su propia tierra,
que merezcan menos que el pequeño pueblo de Albania,
que nuestros fuertes hijos sigan sirviendo
en ejércitos extraños y enemigos nuestros.
Que digan: no hace falta heroismo del popio pueblo
Y, así diciendo, seguir siendo soldados de Edom.

Maldito quien enseña al pueblo: seguir en las cárceles
Y subir al cadalso por la libertad extraña, no por la judía,
Y bendito sea el que viene a enseñar al pueblo lo contrario:
El que enseña la lógica brillante de los pueblos.
Tenèis que ser tú, vuestros millones, como los demás pueblos
Que viven sobre su tierra negra.
Debéis tener ciudades y aldeas, con árboles y con casas
Ejército de jóvenes de anchas espaldas
Y barcos con marineros en el mar.
Dios vendrá en ayuda del campo arado!
Dios vendrá en ayuda del pueblo en armas!
Pero Dios no vendrá hacia las bandas de esclavos
Dispersos en la tierra.

El espíritu polémico y combativo que se refleja en esta poesía llega a su climax en esta otra poesía titulada: "Una es la verdad, no hay dos" en la que en los primeros versos señala lo que dicen vuestros maestros y él dice lo contrario.
He aquí la poesía:

Una es la verdad, no hay dos.

Vuestros maestros os enseñaron: Una patria se compra con dinero.
Se compra la tierra y se toma la pala.
Y yo os digo: No se compra una patria con dinero
Y con la pala también se cava una fosa en la tierra
Y se entierra en ella al muerto.

Yo os digo: Una patria se conquista con sangre,
Por la sangre heroica se la hace propia,
Y sólo lo conquistado con sangre
Se santifica en el pueblo con la santidad de la sangre
Y sólo el que sigue el cañón en el campo
También merecerá seguir su buen arado
En la tierra conquistada:
Y sólo esta tierra dará pan fortalecedor y alimenticio,
Y la casa que se construirá sobre sus cimientos
Será altar y fortaleza
Porque absorbió sangre honorable.

Vuestros maestros os enseñaron
El Mesías vendrá en largas postreras generaciones
Y Judea surgirá sin sangre y sin fuego.
Se levantará con cada árbol, con cada casa construída,
Y yo os digo: si vuestra generación se atrasara
y en nuestros tiempos no actúa
y si no lograréis tomar el destino en vuestras propias manos,
y si en el fuego no entraréis con el escudo de David
y si no pisarán las patas de vuestors caballos charcos de sangre
el Redentor no vendrá ni en la más lejana generación
y nunca se levantará Judea.

Vosotros pagaréis tributo a todo gobernante extranjero.
Vuestra casa será paja para la chispa
De todo bandido o incendiario,
Y todo árbol vuestro con su carga de fruta madura
Será talado.
Vuestros vientres serán perforados por manos enemigas
Y el valor del muchacho será igual al del lactante
Ante el filo de la espada del enemigo.
Sólo vuestra habladuría permanecerá
Vuestra única propiedad en la vida.
Testigos de vuestra vergüenza, serán documentos
Dispersos en todos los archivos,
Y la eterna maldición universal
Se verá en el perfil de vuestra imagen

Vuestros maestros os enseñaron
Una verdad hay para los pueblos: sangre por sangre!
Pero esta verdad no tiene vigencia para los judíos;
Y yo os digo: Una es la verdad, no hay dos,
Como uno es el sol y como no hay dos Jerusalem
Esta verdad está escrita en la doctrina de conquista
De Moisès y de Josuè
Hasta el último de nuestros reyes, león herido
Una es la verdad que los dientes de la Diáspora y de los traidores
Royeron durante los tiempos.

Pero vendrá un día
En el que desde el río de Egipto hasta el Eufrates
Y desde el mar hasta las montañas de Moab
Marcharán nuestros jóvenes armados
Y llamarán a nuestros enemigos y a quienes nos odian
A la última batalla
Y la sangre decidirá: Quien será aquí el gobernante.

Los versos de Grinberg hablan con tanta claridad que hacen superfluo todo comentario.

Poesia Combativa
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