Uri Tzvi Grinberg es sin duda uno de los mas grandes - sino el mayor
- de los poetas hebreos de todos los tiempos. También es
de los mas combativos. El llamó a su generación a
luchar por la liberación, y advirtió que si esta generación
no luchaba, el Mesías no vendrá ni en la más
remota generación. Sus obras completas en hebreo las publicó
el Instituto Bialik en 15 tomos mientras que sus trabajos en idish
fueron publicados por la Universidad Hebrea de Jerusalem en dos
tomos.
Pasaremos a transcribir algunas - porque en verdad son muchas más
- de sus poesías que llaman a la lucha y a la redención.
Comenzaremos con la poesía titulada "La canción
y la espada" ya hemos dicho que la espada - como sinónimo
de arma - es un elemento esencial en la poesía combatiente
hebrea.
La canción
y la espada
El pueblo albano
es libre con su rey en el trono
El pueblo grande de Israel es fugitivo en toda tierra
Lo seguirá siendo si no toma su destino en sus manos
Y si no triunfa en el combate, nunca será soberano.
¿Qué es lo que da independencia a un pueblo?
Primero: la fuerza de sus bellas canciones
Segundo: la fuerza de su ejército en el campo.
La canción y la espada. No hay una sin la otra.
Así apareció la poesía en todas las generaciones
El canto del divino Ibn Gvirol en España
Tenía sensación de dominio porque rigió la
espada
Pero nosotros, sin majestad - perdimos la espada
¿Acaso se da la espada? La espada se toma
y sobre ella se santifica a todo joven del pueblo.
Si lo entendemos, gobernaremos y si no
Seremos molidos en el mortero del Islam
Aun en la época en que se preparaba la lucha contra el Imperio
Británico, Uri Tzvi Grinberg entendió que la lucha
final será contra el Islam. Uri Tzvi Grinberg fué
un poeta polémico y en la poesía que traemos a continuación
polemiza con Flavius, que se rindió en Jodofat, diciendo
que hay que continuar la lucha. No debe haber restricción.
A semejanza de Chernijovsky que en su "En los montes de Guilboa"
llama a continuar la batalla, lo mismo dice Grinberg. Pero esta
poesía habla de la venganza por tantas humillaciones sufridas,
y que el vengador surgirá de nuestras propias filas. También
aquí hay semejanza con Chernijovsky cuando éste dice:
"el macabeo eres tu".
He aquí la poesía:
De nosotros
surgirá el vengador
De nosotros
surgirá el vengador
Y en su sangre llevará la acción cruel
La fuerza de la bendición de la ira del pueblo.
De los padres de sus padres, conquistadores de Canaán hasta
David
Y la ciencia del poder de David estará en él.
Y vendrá hasta el límite de Jafo y la observará:
Cachorro de león en su cueva
Y cantará en él toda la sangre de los conquistadores
Y de los antiguos vengadores:
Y hervirán en él todas la iras reprimidas
Y se sentirá excitado cual caballo que siente
El olor de la sangre en la batalla:
Dispuesto a arojarse sobre la ciudad
Y pasar con las herraduras sobre la sangre del camino
Hasta que los conduzcan sobre las espaldas de enemigos derrotados
Que antes pisotearon cadáveres de Israel sobre las fosas.
De nosotros surgirá el vengador
Y de su boca saldrá la sentencia
Será la boca del Mesías de la sangre que se levantó
Que antes de hablar revisó toda herida y toda hendidura
En cada cuerpo de mis muertos en toda generación y en todo
tiempo
Y de ello probó toda la angustia y toda la amargura
Y recibió la orden de venganza,
Por lo tanto será su sentencia, desde el Sinaí ardiente
Hasta la más cruel acción de mis enemigos:
Doble sangre por la sangre!
Doble fuego por el fuego!
Múltiple verguenza a mis enemigos!
Porque así enseñó la cultura de los hebreos,
Porque así enseño la cultura de los gentiles
Porque asi retribuyen los pueblos a sus enemigos.
Po lo tanto será su sentencia
No santificación del nombre del Señor
Sino defensa del nombre del Señor,
Y no eternidad de Israel sino Reino de Israel.
En los días de nuestra infancia nuestros maestros nos enseñaron
Canciones como surgidas de las cuerdas del violín;
La acción de los hermanos Shimón y Leví, su
ira potente
Y las guerras del Señor contra nuestros enemigos
En las campañas de conquista
Y durante las plegarias de nuestros padres, estuvimos parados
Pequeños hasta las rodillas y repetíamos
Lo que decían los grandes envueltos en su mantos de oración,
Al Señor rezábamos con corazón pequeño
y dolorido
Que vengue la sangre derramada y nuestras casas quemadas
Y cada uno de nosotros, judíos pequeños hasta las
rodilla
Semejó al torturador y al ofensor nuestro, a la imagen de
Amalek;
Al muchacho que le hizo doler en medio de la calle
Con una trompada en la boca hinchándole los labios
O escupiéndole en el rostro
O arrancándole las patillas
O amenazándole.
Y cada uno de nosotros, judíos pequeños hasta las
rodillas
Anhelaba vengarse del enemigo dominante
Que también nosotros tengamos un rey grande,
Que también nosotros tengamos un ejército
Y buscábamos el uniforme del soldado que venía a casa.
Y si tuvo suerte era nuestro hermano, tío o pariente
Y sacábamos la espada de su vaina y brillaba en los ojos,
Y ponía sobre mi cabeza pequeña la gorra grande,
Y mucho se calentaba mi pequeño cuerpo
Como si fuera día de verano en el bosque.
Hasta que surgieron
otros maestros y otros alumnos,
Temerosos de la visión de éstos y despreciadores de
la visión aquellos
Los grandes enseñaron a los pequeños lo contrario:
La ciencia del judío protegido.
Y yo el poeta en esta generación, generación de maestros
vasallos
Y de alumnos sin Dios y sin la canción de las generaciones
en su sange,
Les digo a los que saben mi idioma en ésta y en la próxima
generación:
Como del Sinaí ardiente, una es la orden
Y no hay otra más sagrada en el mundo:
Doble sangre por la sangre!
Doble fuego por el fuego!
Múltiple vergüenza al enemigo!
He aquí que estamos nuevamente en Jodafat!
Los hijos de Flavius son nuestros comandantes.
Cuatro meses dura el incendio.
Los hijos de Flavius ordenan restricción
Y la ira está contenida en la frase.
Yo me levanto para dar la voz de Jodafat:
No escuchéis a los hijos de Flavius!
Si os contenéis caerá la fortaleza como entonces,
Como en los días de Flavius será ahora
Y será un llanto para las futuras generaciones,
Reunid fuerzas, muchachos de Israel
De entre nosotros surgirá el vengador
en las aguas del Mediterráneo lavará sus pies
Y después vendrá al Eufrates a lavar su ropa
Y dar de beber a sus caballos que recorren las distancias.
Poesia
Combativa
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